Cuando alguien llega a la floristería para encargar los arreglos florales de la boda u otro evento, normalmente le preguntamos sobre qué tipo de flor le gusta más. Si es para una boda, entonces empezamos a pensar directamente en el bouquet. Las rosas suelen ser las flores preferidas de las novias y en segundo lugar las callas y las orquídeas.
Ya hace un tiempo se han puesto de moda también las peonias, por su tamaño, belleza y color. El resultado final de un bouquet hecho con peonias es increíble. Hay que tener en cuenta la época del año en que estás, pues según esta encontrarás con mayor o menor facilidad la flor que elijas, y eso influirá en el coste del bouquet. Pero gracias a los invernaderos, equipados con tecnología moderna, tenemos hoy en día una enorme disponibilidad de flores, que antes no estaban a nuestro alcance, por tratarse de flores de temporada.
Las rosas son casi siempre las protagonistas de los bouquets. Ya sabes que dependiendo del color, tipo de flor y forma de bouquet que elijas, este expresará tu manera de ser y tu personalidad a tus invitados. Las rosas rojas significan pasión, las amarillas y anaranjadas, calidez y alegría (el color amarillo también representa la amistad en las flores), el blanco y los tonos beige representan la pureza, los tonos verdes y azules pastel o cualquier tono de color suave (pastel) representan el romanticismo.
Hoy en día, las novias se han vuelto muy atrevidas (menos mal) y se decantan por bouquets de diseño, con muchas pedrerías, alambres, soporte hechos con varillas o mimbres, que dan un resultado final precioso. Cuando ves una novia llevando en sus manos un bouquet novedoso y artesanal lo último que piensas es que sea una novia aburrida. A los floristas nos encantan estos tipos de trabajos, los necesitamos para «engrasar» nuestros cerebros y hacer que nuestra imaginación vuele alto.
Si eres una novia romántica y soñadora, te va un bouquet hecho con rosas blancas, grandes y pequeñas ( las pequeñas en un tono un poco más fuerte), con hojas para adornar en color pistacho u hojas de beargrass y aspidistras, con una guirnalda de cristales pequeñitos.
Puedes pedir que la guirnalda vaya alrededor del ramo, si este es redondito o tiene forma de gota, que sean varias guirnaldas cayendo del mismo. Tu bouquet no tiene porque combinar con los arreglos florales de la decoración, pero no estará mal que el botonier del novio (prendido) lleve la misma flor.
Otra idea es pedir que te hagan una «rosmelia», está, hecha con pétalos de rosa y tiene la forma redondeada de un bouquet. El resultado final es una rosa única y grande. También se puede hacer con otros tipos de flores, eso sólo depende de la creatividad de tu florista. Luego también están los bouquets que carecen de flor, están hechos totalmente con alambre, pedrerías o perlas.
Busca, investiga en internet, en las revistas, habla con tu florista sobre tu bouquet y arreglos, seguramente te quitará más de una noche de sueño imaginar como será. Acuérdate que dentro de unos años, cuando veas las fotos de tu boda, ahí estará tu bouquet, representando toda la ilusión de este día irrepetible.
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ORQUÍDEAS Y OTRAS FLORES EXOTICAS Y EROTICAS
Las orquídeas, a diferencia de otras flores eroticas, son productoras de néctar, sustancia cotizada por los polinizadores. Las especies de orquídeas que no producen néctar son autógamas y no necesitan polinizadores para producir semillas y continuar con la especie. A las orquídeas es posible encontrarlas en casi todos los rincones del mundo. La mayor variedad se encuentra en las zonas tropicales, dominando ecosistemas por su rápida reproducción.
En la Europa del siglo XIX fue cuando muchos jardineros empezaron a hacer cruces entre el pensamiento silvestre ( V. tricolor) una especie nativa europea (V. lutea) y otra originaria del Oriente Próximo ( V. altaica), dando origen a una especie más resistente al frío y mucho más vistosa, llegando a haber más de 400 variedades, resultado de cruces intensos durante la época mencionada anteriormente.
